Afirma Leo Sanchez que, antes de apuntarse al programa del Centro SOL (Centro para el fomento de la salud y oportunidades para los latinos) en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, no confiaba en los demás y por eso no disfrutaba del trabajo en equipo, pero tras pasar un verano con otros 80 estudiantes de secundaria de origen latino, ahora se siente más cómodo.
«En el Centro Sol aprendí a ser una persona de mente más abierta y a trabajar en equipo, lo que no solo me ha permitido aprender más, sino compartir más», nos cuenta Sanchez, quien cursa onceavo en la secundaria técnico-vocacional Mergenthaler.
El programa para jóvenes, fundado en 2014 por la profesora titular de medicina de la Universidad Johns Hopkins, la Dra. Kathleen Page, tiene como fin que los adolescentes bilingües y biculturales se informen sobre las profesiones en Johns Hopkins Medicine (JHM) y adquieran las destrezas necesarias para que se conviertan en profesionales de la salud.
El programa se financia principalmente gracias a subvenciones de entidades públicas y privadas, además de donaciones de particulares que permiten cubrir el costo de uno o dos participantes anualmente.
El programa para jóvenes del Centro SOL ofrece asesoría durante todo el año en el horario extracurricular, además de un curso de cinco semanas de duración durante el verano. Todos los estudiantes son emigrantes de origen latino o nacidos aquí, pero de padres latinos.
El programa les brinda la oportunidad, tanto a los que quieren cursar estudios universitarios como a los que aún no están seguros, de prepararse para la universidad, informarse sobre las profesiones en el ámbito de la salud, participar en proyectos sociales y realizar investigaciones sobre temas de salud pública, como la indigencia, el embarazo entre las adolescentes, los trastornos por las drogodependencias, la violencia y la salud mental.
«La meta del programa es que los jóvenes tengan la oportunidad de hacer sus sueños realidad», indica Mónica Guerrero Vázquez, directora ejecutiva del Centro SOL. «Contamos con personal bilingüe y bicultural que involucra a las familias de nuestros participantes, para que, juntos, formemos a la próxima generación de líderes latinos».
El Centro SOL también ayuda a los estudiantes a sortear los obstáculos que se presentan para acceder a la educación superior.
«Estos jóvenes se enfrentan a retos adicionales porque muchos tienen padres indocumentados y no saben si esta situación afectaría su admisión en la universidad», añade Guerrero Vázquez. «Por esta razón, invitamos a asesores de distintas universidades, de manera que los jóvenes obtengan la información necesaria en su caso».
Tomás Franco, el coordinador de los programas para jóvenes del Centro SOL en 2021-2022, sabe, por experiencia propia, la manera en que nuestra organización contribuye al éxito de los estudiantes. Cuando aún era estudiante de secundaria en Baltimore y buscaba pasantías de verano y otras oportunidades, un pariente le sugirió que se apuntara al programa porque no era necesario que tuviera un número de seguro social para participar.
Franco ingresó en el verano de 2017 y desde ese entonces ha trabajado con el Centro SOL.
«Estoy agradecido por las oportunidades que me han brindado y las destrezas que he aprendido durante estos cinco años. El Centro SOL ha sido fundamental para mi crecimiento profesional y personal».
Gracias a la ley Dream Act de Maryland, Franco está cursando las clases básicas para proseguir con los estudios de ingeniería mecánica. Para acogerse a esta ley, es necesario que los jóvenes cursen un programa académico de dos o tres años, denominado en inglés «associate degree», antes de ingresar en la facultad universitaria de su elección.
Parte del trabajo de Franco es seleccionar mentores de distintas procedencias culturales y académicas, para que ayuden a los estudiantes con los deberes escolares, la solicitud de ingreso a la universidad, los préstamos estudiantiles, y, además, les enseñen a presupuestar el dinero y buscar trabajo. «Los mentores escuchan a los participantes y tratan de orientarlos para que resuelvan sus problemas». A menudo, Franco invita a los estudiantes de años anteriores para que sean mentores.
La directora de proyectos investigativos en continuidad asistencial del Centro de Investigación Geriátrica de Johns Hopkins, la Dra. Alicia Arbaje, es una de las mentoras del programa. Ella se reúne con los estudiantes para orientarlos sobre la formación profesional; además, es la encargada de programar turnos para que los estudiantes observen el trabajo de los empleados de JHM.
«Gracias a estas reuniones, he llegado a conocer a estos jóvenes. Para ofrecerles lo que necesitan, les pregunto sobre sus intereses y sobre los retos a los que se enfrentan. Los participantes del programa obtienen información sobre una variedad de profesiones en el ámbito clínico y administrativo, desde la atención al paciente o la asesoría sobre pagos y subsidios de salud hasta la fisioterapia y el ejercicio propio de los médicos. La mayoría de ellos saben que quieren ayudar a los demás y la oportunidad de observar a estos profesionales en acción les permite tomar una mejor decisión sobre el camino que desean elegir».
Arbaje sostiene que «el Centro SOL, así como otras organizaciones de este tipo, ayudan a que la población de origen latino confíe en entidades de salud como JHM. Al apoyar a estas organizaciones, nuestro mensaje a la sociedad es que nos importa la salud y el bienestar de los latinos, una población que se ha subordinado a lo largo de la historia y cuya confianza debemos recuperar. Es fundamental que acojamos, incluyamos e integremos a las personas marginadas».
En 2019, el 80 % de los participantes del programa quería obtener un título universitario y el 20 % de ellos una carrera técnica. Todos los participantes de la primera promoción en 2014 se han graduado de la universidad, y dos de ellos, han proseguido con los estudios de máster.