Nuevas Investigaciones Confirman Tasas Más Altas del Nuevo Coronavirus en Poblaciones Latinas
06/23/2020
--Un estudio de los resultados de las pruebas para detectar Covid-19 aplicadas en centros de pruebas de Johns Hopkins Medicine pone de relieve que existen disparidades raciales en relación con el coronavirus en la zona de Baltimore-Washington
Un nuevo análisis de los resultados de las pruebas de SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, aplicadas a casi 38,000 personas, ha revelado que la tasa de positivos entre las poblaciones latinas es aproximadamente tres veces más alta que la de cualquier otro grupo racial y étnico. Los hallazgos, publicados el 18 de junio en el Journal of the American Medical Association (JAMA), se suman a la evidencia de que las tasas de infección por COVID-19 son mucho más altas entre las minorías de EE.UU., en particular en las comunidades latinas.
En el estudio colaboraron investigadores del Johns Hopkins Center for Data Science in Emergency Medicine del Departamento de Medicina de Emergencia y la D8ivisión de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
“Sospechábamos que los grupos social y económicamente marginados estarían siendo duramente afectados por COVID-19,” afirmó Diego A. Martínez, Ph.D., profesor asistente de medicina de emergencia en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y uno de los autores del informe del estudio. “Se cree que nuestro estudio se encuentra entre los primeros en cuantificar tales diferencias en una región diversa.”
Los investigadores llegaron a la conclusión de que las condiciones de vida de hacinamiento y el hecho de que continuaran trabajando en sus puestos de trabajo debido a la necesidad económica y a su condición de trabajadores esenciales contribuyeron a que la tasa de pruebas positivas en la comunidad latina fuera más elevada.
“Es evidente que la exclusión sistemática de esta población de los servicios de atención de la salud ha contribuido a las disparidades que observamos actualmente,” afirmó Kathleen R. Page, M.D., profesora asociada de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y colaboradora en el estudio, quien también atendió a muchos de los pacientes. “Esta pandemia nos ha enseñado que todos estamos interconectados. Como mínimo, debemos comprometernos con las comunidades a tiempo y proveerles información y servicios apropiados desde el punto de vista lingüístico y cultural, con lo cual eliminaríamos el mayor número posible de barreras para que puedan recibir atención.”
Los investigadores analizaron los resultados de las pruebas de diagnóstico realizadas entre el 11 de marzo y el 25 de mayo en cinco hospitales del sistema de salud de Johns Hopkins, incluidos los departamentos de emergencia y en 30 clínicas ambulatorias de la zona de Baltimore-Washington.
De las pruebas realizadas a 37,727 adultos y niños, 6,162 resultaron positivas. De esas pruebas, la tasa de positivos entre los latinos fue del 42,6%, significativamente más alta que las tasas de quienes se identificaron como de raza negra (17.6%), de otras razas (17.2%) o de raza blanca (8.8%). En general, cerca de la mitad de los latinos que dieron positivo fueron mujeres y la mitad hombres y la mayoría (61.5%) tenían entre 18 y 44 años.
El estudio también determinó que el número de casos positivos en cada grupo alcanzó un máximo en diferentes momentos: Los casos de pacientes latinos llegaron a su punto máximo más tarde en el período estudiado, el 10 de mayo, alcanzando un 53.4%, en comparación con los pacientes de raza negra, entre los cuales los casos llegaron a su punto máximo el 19 de abril (29.6%) y los pacientes de raza blanca, el 16 de abril (16.1%). Los investigadores aseguran que a medida que aumentaba el volumen de pruebas en Maryland para todos los grupos raciales y étnicos, las tasas de casos positivos disminuían.
Entre quienes dieron positivo, 2,212 fueron admitidos en un hospital del Sistema de Salud de Johns Hopkins. Los datos del estudio indican que los pacientes latinos tenían menos probabilidades de ser admitidos en el hospital (29.1%) en comparación con los pacientes negros (41.7%) y los blancos (40.1%). De los pacientes que fueron hospitalizados, los pacientes latinos eran más jóvenes (18-44 años), con mayor probabilidad eran varones (64.9%) y presentaban tasas mucho más bajas de comorbilidades, como hipertensión (44.8%), insuficiencia cardíaca congestiva (41.1%), enfermedad pulmonar (20.7%) y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) (19.2%) que los pacientes negros o blancos. El 82% de los pacientes de raza negra y el 70.4% de los pacientes de raza blanca tenían hipertensión; el 56.1% de los pacientes de raza negra y el 56.6% de los pacientes de raza blanca tenían insuficiencia cardiaca congestiva; el 32.9% de los pacientes de raza negra y el 33.9% de los pacientes de raza blanca tenían enfermedad pulmonar; y el 27.9% de los pacientes de raza negra y el 30% de los pacientes de raza blanca tenían EPOC. Sin embargo, un mayor número de pacientes de raza negra tenían diabetes (52.8%), en comparación con los pacientes de raza latina (32.8%) y los de raza blanca (29.6%).
Page calificó los hallazgos de “asombrosos”. Ella señala que la mayoría de los pacientes latinos son a menudo inmigrantes con un dominio limitado del idioma inglés, quienes se dedican a trabajos esenciales con bajos salarios, como la construcción y la limpieza. “Muchos de estos pacientes me comentaron que retrasaron su visita al hospital hasta que fuera absolutamente necesario porque les preocupaban las facturas médicas y no estaban seguros de si podían recibir atención debido a su estatus migratorio,” afirmó. “La mayoría de los pacientes que he conocido no tienen derecho a beneficios, no tienen seguro médico y alquilan habitaciones en viviendas abarrotadas. La necesidad de trabajar, la falta de garantías laborales y las condiciones de vida de hacinamiento han dado lugar a una alta tasa de transmisión en esta comunidad.”
Si bien la zona de Baltimore-Washington representa solo una pequeña parte de la comunidad de latinos, los investigadores sospechan que se encontrarán disparidades similares en materia de salud en otros lugares de la nación, pero su grado y sus causas podrían diferir en cada caso. “Saber qué es lo que está generando estas disparidades en materia de salud en cada región constituiría una evidencia muy necesaria para desarrollar políticas e intervenciones específicas que ayuden a prestar un mejor servicio a toda nuestra gente,” indicó Martínez.
Los investigadores señalan que sus datos ya están sirviendo de fundamento a las prácticas y entidades de planificación de todo el sistema de salud de Johns Hopkins y esperan que sus hallazgos se traduzcan en modificaciones en otros lugares para poder mitigar la propagación de COVID-19 en las poblaciones minoritarias. “Proteger a las personas de origen latino, crear confianza y reducir las barreras para participar en las iniciativas de salud pública, como brindar protección igualitaria a los trabajadores, reducir la amenaza de deportación y brindar cuidados caritativos para quienes no puedan pagar la atención médica deberían ser elementos esenciales para coadyuvar en la crisis a medida que nuestra nación intenta contener el impacto de COVID-19 recurriendo a diferentes estrategias”, señaló Martínez. Este investigador añadió que es probable que los funcionarios locales de salud tengan más éxito si hacen participar a las organizaciones comunitarias, como las iglesias, que tienen experiencia en atender las dificultades de la población latina, que es muy vulnerable.