Estudio Documenta Marcada Disminución en Ritmo DE División Celular en La Vejez
10/22/2019
--Comprender mejor el ritmo de replicación celular que se ralentiza en la vejez, podría tener repercusiones en la prevención del cáncer y la desaceleración del proceso de envejecimiento
En un estudio pionero que comparó las células sanas de veinteañeros con las de octogenarios, investigadores del Centro Oncológico Kimmel de Johns Hopkins explican que han documentado que el ritmo de la división celular parece disminuir, consistente y marcadamente, en las personas ancianas.
Los investigadores han descubierto que los resultados pueden ayudar a explicar por qué es que la presencia de cáncer —considerado desde hace tiempo una enfermedad de la vejez con mayor incidencia entre personas mayores de los 65— se ralentiza en incidencia en personas con larga duración de vida o centenarias. Además, explican que debido a que los resultados aportan pistas sobre la biología celular, eventualmente podrían llevar a una mejor comprensión del cáncer.
Los resultados fueron publicados el 23 de septiembre en Proceedings of the National Academy of Sciences.
El Dr. Bert Vogelstein, investigador principal del estudio, Profesor Clayton de Oncología, Codirector del Centro Ludwig en el Centro Oncológico Kimmel de Johns Hopkins e investigador del Instituto de Medicina Howard Hughes, fue pionero en el descubrimiento de que el cáncer se ve estimulado por una acumulación de mutaciones genéticas causadas por errores en las réplicas de ADN de las células, durante el proceso de división celular. Las investigaciones de las últimas décadas suponen que dichas mutaciones se acumulan con el paso del tiempo a un ritmo constante, comenta el líder del estudio, el Dr. Cristian Tomasetti, profesor adjunto de oncología. Pero, cuando Vogelstein, Tomasetti y sus colegas volvieron a analizar la información acumulada en el pasado en docenas de trabajos publicados como parte de su estudio, descubrieron que las mutaciones se acumulan a un paso más lento en la vejez.
Ese análisis hizo posible que Vogelstein y Tomasetti llegaran a pensar que el ritmo de la división celular disminuyera notablemente en la ancianidad, dando a las células menos oportunidades de acumular fallos en el ADN.
Para comprobar su hipótesis, el equipo investigador hizo un análisis de los ritmos de replicación celular con muestras de diferentes tejidos saludables obtenidos de más de 300 pacientes veinteañeros y octogenarios mediante biopsias y otros procedimientos médicos. Los investigadores utilizaron tinturas para teñir varios biomarcadores moleculares probados y comprobados, como el anticuerpo Ki67, para calcular el ritmo de multiplicación celular usando el método manual (con ‘los ojos’) y programas informáticos automatizados.
En las muestras de tejidos de colon coleccionadas de pacientes octogenarios los resultados mostraron que el ritmo de división celular se ralentiza un 40 por ciento, comparado con el de los veinteañeros. De manera similar, en las muestras de tejido esofágico, el ritmo de la división celular se ralentizó un 25 por ciento entre los ancianos, en comparación con los pacientes jóvenes. En el duodeno, la primera sección del intestino delgado, el ritmo se ralentizó en un 26 por ciento entre los ancianos; y en las muestras de tejidos de las celdas etnoidales posteriores (que están a cada lado de la cavidad nasal), el ritmo se ralentizó un 83 por ciento entre los ancianos.
“Las repercusiones de los resultados facilitan una mejor comprensión del cáncer y el envejecimiento”, comentan Tomasetti y Vogelstein. Por ejemplo, explica Vogelstein, desde hace mucho se sabe que la incidencia de la mayoría de los cánceres aumenta exponencialmente a lo largo de la vida de una persona, pero se desacelera e incluso se estabiliza, en algunos cánceres, hacia el final de la vida
—un fenómeno que no tendría ningún sentido si las células se dividieran de forma constante y acumularan mutaciones al mismo ritmo.
“Si el ritmo de la división celular disminuye en la ancianidad”, explica Tomasetti, “las células probablemente acumulan menos mutaciones que puedan producir cáncer en la vejez”.
El hallazgo también podría tener repercusiones que lleven a entender mejor los datos derivados en los modelos con animales de laboratorio, comentan los investigadores. Cuando realizaron un análisis similar de replicación celular usando tejidos de ratones de laboratorio jóvenes y viejos, no hallaron diferencias significativas en el ritmo de división —una diferencia notable entre los ratones y las personas— cosa que podría dificultar el uso de los resultados con ratones viejos, como sustituto para personas ancianas.
La razón por la que las células humanas se ralentizan en su replicación hacia el final de la vida se desconoce y servirá de base para estudios futuros. “Descubrir que las células humanas disminuyen su ritmo de división no fue completamente imprevisto, pero nuestro estudio lo determinó”, aclara Tomasetti. “Descubrir cómo es que esto ocurre, podría tener consecuencias importantes para la salud de las personas”.